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Su estancia en la incomparable Estambul no estaría completa sin una visita a unos baños turcos. Las casas de baños, con siglos de antigüedad, son parte integral de la vida de la ciudad.
Ubicado entre la columna de Constantino y la mezquita, escuela y tumbas de Köprülü Mahmud Pasa, el hamam de Cemberlitaş es toda una experiencia que merece la pena probar. Este hamam, fielmente restaurado, se construyó en 1584 para la sultana Nurbanu.
En cuanto atraviese sus arcos podrá vislumbrar la importancia histórica de este lugar. Los baños turcos tradicionales constan de tres pasos: una sauna con vapor, un lavado de cuerpo completo y, finalmente, un masaje.
Este tratamiento ayuda a abrir los poros, mejorar la circulación sanguínea y exfoliar las células muertas. Una experiencia realmente revitalizante. Los hamams tradicionales disponen de zonas separadas para mujeres y hombres.