Salónica: donde la historia más épica se encuentra con el ambiente urbano griego

“Hay una patria para cada uno, y luego está Salónica”. Esto lo escribió Nikiforos Choumnos, dignatario y erudito bizantino del siglo XIV. y tenía razón. Salónica es una preciosa y cosmopolita ciudad costera, la segunda mayor de Grecia después de Atenas. La histórica capital de la región de Macedonia fue fundada en el año 315 a. C. por el rey macedonio Casandro, que la nombró así en honor a su esposa, hermanastra de Alejandro Magno. En tiempos de Filipo II de Macedonia, la ciudad robó el protagonismo a Atenas. Es relativamente llana, pero tiene montañas de historia: ruinas romanas y bizantinas, legado de los primeros cristianos (el apóstol Pablo trajo el mensaje del cristianismo en el año 50 d. C.), los griegos pónticos y los armenios, restos de los dominios veneciano y otomano y, quizá lo más conmovedor, una notable historia judía. Los siglos de multiculturalidad han hecho de Salónica todo un nirvana culinario, con incontables restaurantes excelentes de todos los tamaños.

La Torre Blanca

La robusta Torre Blanca, de seis pisos, es el monumento más famoso de Salónica. Esta edificación, que mira al mar, se construyó a finales del siglo quince. En el siglo XIX se la conocía como Torre de los Jenízaros, o Torre de la Sangre, ya que servía como cárcel para los prisioneros que esperaban la muerte tras haber caído a manos de los jenízaros, la infantería de élite del sultán que guardaba la muralla. Se pintó de blanco en 1890. A pesar de su oscuro pasado, la torre es ahora un lugar de ocio desde el que parten barcos de fiesta que recorren el golfo Termaico. Igual de emblemático es el largo paseo marítimo de Salónica, que comienza en el puerto, se extiende a lo largo de la avenida Nikis y continúa hasta la Torre Blanca. Este entorno costero único cambia radicalmente en la plaza Aristotelous, con elegantes edificios de hermosas columnatas y arcadas que se prolongan hasta la calle Aristotelous. Esta termina en la calle Egnatia, ¡una vía originalmente pavimentada por los romanos en el siglo segundo a. C.!

Mercado Modiano y Museo Judío de Salónica

Los primeros judíos de Salónica llegaron desde Alejandría, Egipto, sobre el año 140 a. C. Sin embargo, fue la llegada de unos 20 000 judíos deportados desde España lo que alteró la imagen de la ciudad para siempre. Con sus conocimientos y habilidades, los sefardíes revivieron una Salónica que había quedado malherida tras su conquista por parte de los turcos otomanos. La llegada de nueva población contribuyó a su imparable ascenso como centro del comercio. Durante ciertas épocas, la población judía fue una de las mayores de la ciudad, sobre todo después de 1492. En 1870, los 50 000 residentes judíos sumaban el 56 % de la población de Salónica. En 1941, llegó a haber 36 sinagogas. La sinagoga más antigua de la ciudad ardió en el terrible incendio de 1917. Los nazis destruyeron el resto salvo una, la sinagoga Monastirioton, construida en 1927 y que fue cuidadosamente restaurada. Resulta más sencillo explorar el antiguo edificio del mercado judío, llamado comúnmente mercado Modiano. Esta construcción rectangular con el techo de cristal, erigida en 1922, sigue en uso actualmente.

Si tiene tiempo, visite el fascinante Museo Judío de Salónica, ubicado en un encantador edificio de 1904. Durante su visita podrá ver cómo los nazis destruyeron las 300 000 tumbas del cementerio judío de Salónica, que fue el cementerio judío más grande de todo el Mediterráneo. En Platia Eleftherias, o plaza de la Libertad, sentirá profundamente la solemnidad de este oscuro capítulo del pasado de la ciudad. Fue en este lugar donde, el 11 de julio de 1942, los alemanes congregaron a 9000 judíos. La tragedia no finalizó ahí. En 1943, 46 091 judíos, la práctica totalidad de la población judía de Salónica, fueron enviados a Auschwitz. Solo 1950 de aquellos judíos, parte vital de la comunidad durante más de 21 siglos, regresaron a la ciudad.

Arco de Galerio

En Salónica, los siglos y los ecos del pasado se superponen unos con otros de una manera especial. Hasta el paseo más corto por la ciudad le resultará inolvidable. Salónica no solo está repleta de historias que contar; también alberga multitud de ruinas visibles. Podrá encontrar maravillosas ruinas romanas casi a cada paso, como el gran Foro Romano. El emplazamiento más destacado es el Palacio de Galerio, del siglo IV: todo un museo arqueológico al aire libre en el corazón de la ciudad. En estas impresionantes ruinas podrá contemplar el salón del trono, conocido como el Octógono, y el monumental arco de Galerio, construido entre los años 295 y 305 tras la victoria sobre los persas. Desde el arco se puede acceder, por un camino peatonal, a la Rotonda. El emperador Galerio la construyó en el año 306, probablemente como templo en honor a Zeus. Se convirtió en iglesia en el siglo V, época de la que datan sus mosaicos excelentemente conservados. En la era bizantina, solo Constantinopla (la actual Estambul) rivalizaba con Salónica. No deje de visitar la evocadora mezquita de Hamza Bey, erigida en 1467. Es la única mezquita en Grecia que cuenta con un peristilo o patio con columnas. Todo ello contribuye a la contagiosa vitalidad de la ciudad.

Barrio de Ladadika

¡Y aún hay más! Tome la bulliciosa Tsimiski para llegar al antiguo barrio de Ladadika, que consiguió sobrevivir al infierno de 1917 que destruyó gran parte de la antigua Salónica. Anteriormente, era una zona repleta de tiendas de especias y cereales. Las edificaciones solían ser de dos plantas y, tras el incendio, muchas de ellas se usaron para almacenar aceite de oliva. Ladadika se restauró en los años 90 del siglo veinte y, actualmente, es una de las zonas con más vida de Salónica, repleta de cafés y restaurantes con música griega bouzogbi en directo. Sus colores pastel y fragancias orientales le sumergirán en un entorno decididamente urbano y, a la vez, sorprendentemente relajado. Disfrute del ambiente especial y vivaz de sus encantadoras callejuelas.

Ano Poli

Entre otros lugares emblemáticos de la ciudad se encuentra el Museo Arqueológico de Salónica, de fama mundial. En él podrá conocer “toda la historia de la antigua Macedonia en un solo museo” y descubrir obras de arte únicas de los antiguos griegos. También merece la pena visitar el casco antiguo, o Ano Poli. Este barrio, que limita con las murallas al norte y este, y con la calle Olympiados al sur, quedó intacto en el incendio de 1917 que arrasó gran parte de la ciudad, por lo que es una ventana arquitectónica al pasado. Alberga viviendas con elementos macedonios y otomanos, así como las residencias de los Dönmeh (musulmanes conversos que, en secreto, seguían siendo judíos), de estilo neoclásico o ecléctico. Aunque no está junto al mar, los otomanos valoraban la zona por su ubicación estratégica y amplias vistas. Usted también podrá disfrutarlas desde el mirador de la torre Trigoniou, del siglo dieciséis, desde el que se divisa toda la ciudad de Salónica. ¡Una panorámica inolvidable!

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